martes, 7 de abril de 2015

Raíces.



P.D.

Mi papá vino a la ciudad. ¿Yo? emocionadísima por que iba a tener la oportunidad de platicarle todo lo que he estado haciendo, las cosas interesantes que he encontrado el cortometraje que hice en tres días... Cuando llegué a verle estaba borracho con dos "amigos" suyos, los cuales lucían por demás incómodos, supongo, por mi llegada al restaurant-bar, donde amenizaban la noche tres mujeres con cuerpazos. Una vez se fueron mi papá se dedicó a decirme "Ay, que gorda estás", "¿Ya ves? así trabajarías ahorita si hubieras estudiado música" "tienes una voz muy chiquita" como si nunca me hubiera oído cantar.... repite todo una y otra vez, principalmente aquello que hiere... Me recuerda la vez en que durante tres días no me dejó dormir recriminándome algo que había hecho, y se ofendió por que a la tercera noche me salí a la calle a buscar otro sitio donde conciliar el sueño. Fue un infierno como cada una de las veces que me tocó estar con él borracho, como reclamando que no sea justo lo que él desea.
En fin, su visita fue un desastre, estuvo tomado desde el primer hasta el último día que estuvo aquí, sin embargo esta experiencia me llevó a un sitio donde por fin encontré respuestas.

Para poder explicar lo que entendí con la última visita de mi papá debo hacer primero un análisis de los comportamientos y las conductas nocivos de mis padres durante mi crecimiento, con el fin de poder determinar las que yo creo que fueron clave para desarrollar este trastorno.


Antes de comenzar quiero hacer saber que hubo tantas cosas buenas como malas, esto es únicamente para buscar las raíces de mi trastorno, por lo que defiendo con mi vida que mis padres son excelentes personas y que todo esto fueron sólo una serie de errores que me incumben por que marcaron mi vida de una u otra manera.




Mi Padre:

1.- Cada vez que está ebrio (hasta la fecha) le sale lo que yo gusto por llamar "Mr. Hide". Un hombre que desde su percepción es perfecto, por lo que nadie le llega a los talones. Chingón como ninguno. Es por eso que cuando no habla de sus hazañas como el excelente profesionista que de hecho es, de lo mucho que lo buscan y lo bien que le va, entonces habla de lo que tú no sabes sobre todo lo que él sí, y de todo lo malo que eres para todo lo que otros son buenos, por lo tanto, "estás mal" (frase que repite continuamente durante sus borracheras precedido de dos o tres "no"). Cuando era niña me tomaba muy en serio a Mr. Hide, lo que me generó trastornos en la percepción de mi misma, pensarme diferente a como soy, obsesionarme por mi peso, por ser una estrella o una mujer de negocios al grado de basar mi carrera y mi vida en ello sin llegar a cumplir ninguna, auto-saboteándome cada vez que veía una oportunidad de realizar sus sueños de éxito. Aún así me dice que no tomo dirección. ¿por qué no se vale que yo tenga la mía? Por supuesto nunca le he expuesto esto porque cuando está sobrio no hay cuestionamientos al respecto.

2.- Evitar temas pláticas es algo que mi papá sabe hacer muy bien, pero no se si le pasa sólo conmigo o con otras personas también. Nunca he podido platicar con él de temas que me gustan, por que pierdo su atención a los 15 segundos, me da la impresión de que me menosprecia mucho y me cree una inútil o inferior. Esto me ha hecho poner exagerada atención en lo que los demás puedan pensar de mi, tengo una especie de 'paranoia' en la que pienso que la gente me odia, les doy asco, les caigo muy mal, están enojados conmigo o algo hice mal. Incluyendolo a él y excluyendo a mi mamá, con la que esas cosas son claras. Sé que lo que pienso no es cierto.

3.- Soy viejo y moriré pronto. Mi papá es un hombre mayor, tiene 73 años, aunque la verdad no los aparenta ni de chiste. Desde que tengo memoria me dijo que él moriría pronto o que se podía morir en cualquier momento, por lo que cada vez que lo veo entro en la desesperación de pensar que esa va a ser la última vez, lo que me causa depresiones que he ido arendiendo a manejar poco a poco. Desde que era niña nunca ha dejado de pasar.

4.- Compensación económica. El último y a mi parecer más grave comportamiento nocivo de mi padre. Constantemente prefiere suplir el tiempo que no pasa conmigo dándome dinero, lo que antes me era bueno, pero ahora veo que siempre ha sido venderme, vender mi tiempo con él, su atención y su cariño. Esto durante un tiempo me hizo buscar parejas sin dinero, ya que relaciono directamente este recurso con el afecto que no llega. 


Mi Madre:


1.- Cada vez que había una dificultad de cualquier tipo en la escuela en la que estuviera, me cambiaba a otra. Esto me brindó mucha inestabilidad, inseguridad, y por supuesto, falta de amigos.

2.- A veces llegaba furiosa del trabajo, se desesperaba conmigo y me gritaba o me pegaba (ahora lo niega) por absolutamente nada, luego se disculpaba diciendo que yo terminaba pagando los platos rotos y que no era mi culpa (tengo ganas de hacer comentarios sarcásticos, pero perdería la poca objetividad que yo misma pueda tener ante mi situación, así que disculpen la seriedad). Esto me generaba angustias, inseguridad, inestabilidad, miedo/pánico. Entre las cosas que recuerdo, me daban taquicardias y dificultad para respirar, además de que la sangre se me bajaba a los pies cada vez que escuchaba unas llaves sonar... aún me pasa a veces.


3.- Corregirme hasta la risa. Literalmente. Me dijo que no me riera como lo hacía, que lo hiciera desde el abdomen por que era lo correcto. Durante poco tiempo (como un mes) tuve problemas para reír. Ahora mismo no se cuál era mi risa original, simplemente no pude volverla a recordar.
De esa misma forma me corregía todo lo que pudiera naturalmente ser: "Tú deberías ser (Inserte adjetivo positivo aquí)", etc. Trastornó mi forma natural de ser encaminándome a querer ser siempre diferente a lo que soy, lo que por supuesto me ha causado conflictos.


4.- Observar repetidamente mi belleza. Me hacía sentir observada siempre.

5.- Resaltar mis virtudes en presencia de otros. Me hacía sentir señalada y en evidencia, además de desatar la envidia de algunos y la risa de otros, por lo que siempre fui objeto de bulling para mis primos.

6.- El día del juicio final. Así se llamaba el casset que mi mamá me ponía muuuuy seguido en la noche cuando yo tenía 6 años. Se figurará, estimado lector, que era perturbador; y estaría en lo correcto: 
Un hombre centroamericano decía que el hijo de la bestia ya había nacido. Que tenía marcado en el cuerpo el 666, además de mencionar lo que se supone que dice la biblia al respecto. Cabe mencionar que por aquella época yo tenía unas marquitas que me habían quedado por la varicela en el brazo izquierdo, y justamente parecían 3 numeros 6, por lo que, como comprenderán, yo creí que era el hijo del diablo. Me arrepentía constantemente de lo que hacía mal, y magnificaba pequeños actos como masturbarme, sintiendo que iría por ello al mismito infierno. Esto trastornó mi forma de percibir el mundo, me causaba miedos, angustias, no dormía casi nada, pero creo que ella nunca se dio cuenta.
En este mismo cassett se mencionaba que "Dios" SIEMPRE nos está observando, de modo que yo generé un "afuera", todo el tiempo estaba al pendiente de mis movimientos, mis gestos, etc, por lo que me convertí en una persona sumamente histriónica, sólo con el objetivo de "despistar " a "Dios"... menudo chiste.

7.- Involucrarme en las discusiones con mi madrastra, los vecinos, mi papá y cualquier otra persona con la que se le hinchara el huevo tener una disputa... y eran muchas. Me hacía sentir que tenía enemigos y me colocaba en situaciones difíciles que muchas veces no supe manejar.

8.- CRITICAS CONSTANTES. Todo el tiempo, por todo. Esto trastornó mi forma de verme a mi misma, ya que generalmente estaba tratando de cumplir las expectativas que ella tenía o que me hacía pensar que mi papá tenía.

9.- En la adolescencia comenzó a ponerme muchísima atención, toda la que no me dio en mi infancia, al grado de invadir mi intimidad, lo cual para ella no es grave... y quizá para muchos de ustedes tampoco, es probable que para entonces mi percepción haya estado extremadamente alterada, además de por las hormonas, por el trastorno. La cosa es que me sentía acosada. Esta situación se mantiene hasta la fecha, cuando paso más de una semana con ella o cuando paso más de dos semanas sin hablarle recibo agresiones, por que ella necesita estar al pendiente de mi todo el tiempo. A veces no le hablo por que me dan miedo sus reacciones, a la fecha no se cuándo va a estar bien y cuándo mal, lo que, por supuesto, me causa terror.


Estos son los comportamientos de mis padres que creo me encaminaron a tener TLP. 
Detectarlos me da poder, perdonarlos me da fuerza para manejar mis propios comportamientos nocivos.

Los invito a responder ennumerando los comportamientos nocivos de sus padres y qué generaron en uds. 


martes, 24 de marzo de 2015

Ataque de pánico II: La locura.

Ayer cumplí, creo, 5 días en un ataque de pánico... no uno, muchos.

D1.- Llevaba dos días molesta con mi vecino por hablarle mal a R. y por aventarme mala vibra. Hablé con él, obteniendo absolutamente ningún resultado, dice que es idea mía, que esa nunca fue su intención... si no tuviera un testigo creería que es parte del trastorno y eso me llevaría a pensar que estoy peor de lo que creo, sin embargo hay testigos, no soy la única que lo vio, no es parte de mi locura. Oleadas de miedo intenso se apoderaban de mi a momentos, duraban como minuto y medio o dos minutos. Yo respiraba lo más profundo que podía, el aire parecía no ser suficiente, pero lograba controlar el sentimiento. Por primera vez dentro de un ataque de pánico logré mantener el control.

D2.- Amanecí con la respiración entrecortada. Oleadas de pánico puro se apoderaban de mi. Tenía largos momentos de tranquilidad, duraban entre 10 minutos y 1  hora, eran interrumpidos por las oleadas, que llegaban intensas, intempestivas y todas juntas, duraban de 30 seg a un minuto y los espacios entre ellas más o menos lo mismo. Así pasé todo el día, mientras me mudaba de casa, para no estar cerca del vecino, al que de todos modos voy a seguir viendo, por que convertiré mi antigua habitación en mi espacio de trabajo. Por la noche tardé para dormir porque pensaba que me cortarían la mano izquierda. 

D3.- Fuimos al centro, traje mi laptop cargando toda la tarde, todo el tiempo yo estuve en pánico de que me fueran a robar. Llegando a casa las oleadas de pánico continuaban, pero yo sentía que cada vez me hacían menos daño, traté de hacer mi vida como si no estuviera pasando por eso, me funcionó.

D4.- Me subí a un camión que no era el que buscaba y no me percaté hasta que ya estaba lejísimos de mi destino. Llegué una hora tarde a una cita, cuando llegué me di cuenta de que ese no era el lugar que la otra persona me había dicho. La otra persona me alcanzó donde yo estaba. Me sentía aterrorizada, de la ira del otro, de la mía propia, del abandono, de la gente en la calle. Me senté en una esquina donde nadie pudiera verme, respiré profundo e hice por retomar el control. Ese día estuve mu fuera de mi, cometí errores que eran de mero sentido común y batallé más que en días anteriores para mantenerme estable, sin embargo lo conseguí. Por la noche volví a tener la sensación de que cortarían mi mano izquierda, pero me enfrenté a ella y vencí, cayendo dormida casi de inmediato.

D5.- Otra vez en pánico desde el amanecer. La t.v. me calma un poco. El gato del nuevo departamento me ataca constantemente, lo que desata mi neurosis. Me fui a trabajar, luego D y yo hablamos con mi vecino para tratar de hacerle entender lo mucho que nos lastima cuando niega las agresiones que desata con nostras. No se si entendió o no, mi percepción estaba un poco alterada por el miedo, para poder lidiar con ese asunto tuve que envolverme en una manta.
Cuando terminamos de hablar el miedo se fue casi por completo. Unas oleadas cortas y poco intensas llegaron más tarde. Todo terminó.

Hoy amanecí tranquila y estable, me di cuenta de que ese ataque de pánico me lo desató la situación con mi vecino, y al haber aclarado todo me sentí mejor. Espero que él haya captado el mensaje, por que si no, no me quedará más opción que alejarme.

De cualquier modo aprendí a estabilizarme sin medicamentos durante una crisis de pánico, eso es algo valioso que seguramente me servirá muchas veces en mi vida.


sábado, 21 de marzo de 2015

Ataque de pánico.

Comenzó a pasar hace apenas un par de días. Todo me da vértigo, estoy a nada de entrar en pánico. Me asustan cosas pendejas que no van a pasar, como el miedo a que me corten la mano izquierda. Respiro, me enfrento al miedo.
Me siento físicamente mal, como débil. Respiro.
Respirar me calma lo que se convertiría en pánico si no estuviera diagnosticada. Esto no es mío. No soy yo.
Sigo respirando. El miedo se va, luego regresa.

Anoche él me miraba a la cara, puro amor en sus ojos. Yo sentía miedo de perderlo, era todo lo que sentía. El miedo me cansa. No es mío, es del trastorno.
Lo amo de una forma muy extraña, no lo necesito, pero sí dependo de ciertas dosis suyas al mes para mantener mi estabilidad emocional. No él, sino lo que soy con él me hace sentir que camino en firme. Se que no lo voy a perder. Se que él también me ama de una forma extraña. 

Ahora mismo siento miedo de perderlo, aunque se que eso no pasará. Ahora mismo siento miedo de vivir, incluso de seguir escribiendo esto. Llevo dos días controlado un ataque de pánico. Respiro.

Medo al café, que lastima mi estómago, a la comida que me congestiona, al jugo de naranja que ha perdido toda la vitamina C y probablemente será un desperdicio de dinero que lo compre y un desperdicio de plástico que lo beba.

El miedo se va.

Poco a poco he ido sintiendo que esto no es mío, es un ente que quiere tomar control de mi cuerpo, de mis acciones... o que toma el control. Hay ocasiones en las que los demás ven cosas que no están pasando adentro de mi. Es como si fuera dos versiones de mi misma, la que ven y la que soy.

A veces noto cuando estoy en un episodio bodrerline. Puedo controlarme. Me hago fuerte cada vez que practico. Procuro no caer en la neurosis: Me hago cargo de mi misma, no me tomo nada de forma personal, entiendo que todos traemos nuestros asuntos, hago por detectar paranoias y ataques de pánico, cuando los veo no caigo en su juego.

Me dan ganas de llorar.

Templanza significa no dejarse caer. Caer en pánico, en el dolor, en la depresión, en la ira, en el vicio. Respiro profundo.

Templanza, Julia, Templanza.

lunes, 16 de marzo de 2015

Trauma, trauma.

He descubierto que estoy bien traumada. Ayer un chico me invitó a desayunar. Cuando venía en camino me dijo "Ponte guapa"...
Yo solía salir con un tipo que me gustaba mucho, siempre que iba por mi me decía "Ponte guapa", "arréglate", "Ponte linda por que vamos a...". salimos a duras penas 5 veces, yo le dije que no quería sexo, así que me sedujo, me drogó y me violó... yo lo supe entre sueños. No volví a pasar por esa calle en muchos años, hace poco secuestraron y mataron a su papá, lo mas sorprendente para mi fue escuchar a la gente en la ciudad diciendo "que bueno, por cabrón"... Todos estaban contentos. Navarro Montenegro, se apellida... Nunca lo denuncié, he deseado haberlo hecho. Pero total, el hubiera no existe.

La cosa es que al ver este mensaje me alteré. Inmediatamente subí mis defensas. No quiero que me violenten más. Resultó ser una broma, o eso dijo él, pero estaba hecho. Yo lo supe, me sigue doliendo, me duele más de lo que me gusta aceptar, pienso que no debo darle tanta importancia, prácticamente ni lo recuerdo, sin embargo me duele.

En últimas fechas he descubierto que el señor que me renta también es borderline. Intentamos ser amigos, pero estos días lo siento super agresivo conmigo. Es la misma historia, me recuerda a mi mamá, cuando traía sus pedos (problemas) del trabajo y me tocaba recibir toda su basura. Me violentaba constantemente. Siento lo mismo ahora que sentía con ella, y no quiero regresar, porque es algo que creo superado, como la violación, vivo con ello y está bien, no tengo problemas en recordarlo, pero no quiero revivirlo. Me da miedo.

No quiero violencia en mi vida, no puedo con ella.

Si alguno de ustedes, queridos lectores, es tan amable de ayudarme a reaccionar ante esto. No me quiero mudar de casa, por muchas cosas. ¿Qué puedo hacer para conservar mi estabilidad mental dentro de este entorno de agresiones?

Por ahora estoy buscando alejarme de él lo más posible e ignorarlo cuando me trata mal.

domingo, 15 de marzo de 2015

Transparente.

Soy productora de cine. Pasó así nada más, de un día a otro. No se nada del negocio, por lo que en los últimos 4 días ocurrieron una serie de incidentes, que, mezclados con el trastorno hicieron que mi percepción se distorsionara.

Aquí mi experiencia:

Día 1. Media Tarde. Interior. Casa de César.
Alex editaba unos videos horribles que hicieron para un amigo suyo. César vagaba subiendo y bajando escaleras con un cigarro en la boca, yo estaba sentada en un escalón, básicamente perdiendo el tiempo.

Alex: Están bien feos estos videos.
César: Sí, pinche Alex, cómo se te ocurre.
Alex: Hasta me dan ganas de hacer uno nuevo... ... ...¿Y si hacemos uno?
César: Pero la convocatoria cierra en tres días, güey, va a estar cabrón.
Julia: Yo sí le entro.
César: (Ya en la cocina con una coca en la mano, luego de un trago grande) Pero ¿de qué sería?
Alex: De transfobia...

El resto de la escena es privado por motivos de copyright, pero hay un par de cosas que deben saber antes de continuar contando mi experiencia.

La primera es que Alex es un hombre trans; es decir, nació biológicamente mujer, pero es hombre.
La segunda es que Alex y yo fuimos pareja durante casi 4 años, A.D., cuando su cuerpo aún era femenino. Ha sido una relación tormentosa en general (antes y después del noviazgo), con muchas agresiones por parte de ambos, muchos desencuentros, mentiras, engaños, casi casi como una novela, por lo que amerita y recibirá una o varias entradas en este blog.


Para no hacer el cuento largo el primer día escribimos y rodamos el cortometraje en mi casa. fue toda la noche sin dormir.

Día 2. 7:00 a.m. Interior. Casa Julia.
Los tres sentados en la cama de piedra (larga historia, el caso es que duermo en una cama de piedra).
Alex: Muchas gracias por todo, Julia, sólo que tenemos algunas cosas que hablar contigo.
Julia: (Sintiéndome muy cansada, pero tranquila) Claro, díganme.
Alex: En este negocio a los actores se les trata como reyes, hoy fuiste un poco grosera con fulano. *1
Julia: ¿En qué momento?

Alex me decía las cosas que no había hecho tan bien. Siempre he aceptado y recibido bien las críticas cuando no son agresiones, pero según mi percepción, este era básicamente un regaño. Según César eso no es cierto. Poco a poco la plática fue tornándose tormentosa, no se exactamente cómo se subió de tono, porque yo recuerdo haber estado tranquila, sin embargo ellos me percibían alterada, me describían como histérica, cuando estaba segura de que todo estaba bien*2. Fue un alboroto y una confusión, acabábamos de terminar el corto, andábamos cansados y teníamos mucho por hacer, además habíamos fumado bastante.

Ese día fue para editar, yo me dediqué a otras cosas como llenar formatos y hacer diseños. El ambiente estaba bien, porque todos teníamos algo que hacer. Me dormí como a las 5 de la mañana, dicen que ronqué como oso. Que oso, porque no los dejé dormir (badumtsssss).

Día 3. 8:30 a.m. Interior. Casa César.
Alex trabaja en la laptop, sobre el escritorio que improvisó César con su lavadora y una tabla de madera.
Despierto y lo veo, volteo a ver la cafetera; no hay café. Me levanto casi a rastras, deslizándome por las escaleras hasta la barrita. Tomo la jarra y la lleno de agua de la llave, al no encontrar purificada. Pongo el agua, el café y coloco la jarra en su sitio, la máquina estaba encendida, así estuvo toda la noche.
Bebo y forjo un porro mientras platico con Alex sobre códigos de comunicación. Estoy cansada de que siempre malinterpreten lo que digo, ya sea por sus propias neurosis o por que la mía no me permite expresarme*3. La cosa es que volvió a pasar, Alex con sus comportamientos altaneros me hizo sentir amenazada de nuevo, no puedo permitir que me trate como solía hacerlo A.D.

César despierta luego de una plática intensa en la que por cierto me di cuenta de lo poco que conoce Alex a César y de lo mucho que blofea (presume) creyendo saber cosas que obviamente no sabe. Me causa un poco de gracia su comportamiento, parece que quiere portarse como un adulto, pero no lo logra, más bien parece un niño tratando de ser autoritario. Si Alex fuera mejor para escuchar, si comprendiera, le diría todo esto en su cara, pero no lo hace, es atrabancado y quiere tener la última palabra, siempre hay que darle la razón... Desde que lo conocí.

Me fui a mi casa a terminar de armar las carpetas, esperé a que me depositaran, según yo a eso de las 11. César llegó más o menos a esa hora. Desayunamos omelett, mi especialidad. Él terminó de hacer algunas cosas. Al dar las 12:30 y no haber recibido el dinero me empecé a preocupar y le marqué a quien depositaría. estaba ocupado, lo haría en dos horas. No servía de mucho, ya que las oficinas las cierran a las 2. A esa hora César me dice que él puede poner el dinero si se lo repongo más tarde. Una hora y media después, cuando desde que llegó supo que yo estaba esperando un depósito. Terminamos de arreglar la papelería y fuimos a imprimir. Para cuando íbamos en camino descubro el horario de las oficinas y le digo que ya no alcanzamos a llegar.

César: (Gritando fuerte) Pinche madre, Julia, me caga que nos pasamos una hora y media en tu casa haciéndonos pendejos.

Ese grito fue totalmente culpándome de lo que había pasado. En ese momento me disculpé, yo no entendí hasta segundos después que había sido él quien no dijo desde el inicio que tenía el dinero a la mano, por lo tanto no había sido 100% mi culpa. Me hizo un berrinche de niño chiquito cuando le mandé audio a Alex para avisarle que no íbamos a alcanzar. Me dio rabia, pero de esa rabia que es más bien impotencia porque sabes que no estás siendo tratado de manera justa.

Julia: Como niño chiquito.
César: ¿Qué? (En un tono imperativo, agresivo/defensivo, con un tinte de ofendido)
Julia: Te estás portando como niño chiquito. No tienes por qué gritarme.
César: Es que perdimos toda la mañana nada más por estar esperando a que te depositaran. (Más tranquilo)
Julia: Te dije desde que llegaste, pudiste haberme dicho que tú traías y salíamos en chinga. Sea cual sea el caso no tienes por qué gritar, nunca más te voy a aceptar una agresión de ningún tipo. Vengo huyendo de este tipo de abusos como para venir a recibirlos... y precisamente de ti.

Esto amerita otra pausa.
César fue el que me inspiró en primer lugar a defenderme. Estaba muy acostumbrada a dejarme pisotear, a que la gente me gritara, me violentara y se metiera conmigo, nunca desde la posición de la víctima, o por lo menos quiero pensar que pocas veces me he visto así, más bien desde la posición de la culpable, sentía que algo provocaba en la gente que deseaban violentarme y quizá tenían razón*4

Esa tarde terminamos de organizar lo que faltaba y un par de horas después, César se fue a su casa.

Día 4. Exterior. Afuera de las oficinas de INDAUTOR.

Al verlos me surgió darles un buen susto, así que lo hice.

César: Si yo te hubiera hecho lo mismo te hubieras encabronado.
Julia: Es que pensé que me habías visto.*5
César: (Torciendo los ojos) ay ajá.

Llegué con lo que les faltaba para hacer los trámites, que eran básicamente los comprobantes de pago y los discos para grabar el corto. Faltaba un depósito que fui a hacer. Regresé apenas a tiempo para que Alex registrara el último video.

Afuera de las oficinas yo le insistí a Alex para que me dejara entregar las cuentas de los cortos feos. Creo que no lo hice bien, porque también me gritó. *6

Luego de haber terminado todos los trámites pertinentes nos fuimos a caminar.
César sabe separar bien lo emocional de lo laboral, Alex no tanto... o no en lo absoluto, pero eso es asunto para otro post. El caso es que platicamos y logramos resolver la situación de una manera conveniente para todos.

Ahora sí, a lo que quería llegar.

*1.- Le menté la madre al actor, como parte de una broma, pero él no la entendió y se incomodó, aparte hice un par de comentarios super desafortuados que llevaron a que Alex tomara ese tono autoritario de querer llamarme la atención. Lo malo de este asunto fue que yo en el momento no me di cuenta, ni siquiera lo noté. Denoto esto porque me llama la atención y creo que fue un rasgo del trastorno, salirme de mi y hacer cosas que incomodan a los demás sin darme cuenta... me pasa seguido.

*2.- A pesar de que yo me sentía tranquila y sentía que estaba respondiendo, digamos, "a la altura", me imitaron como si me estuviera portando histérica, algo que yo no percibí desde adentro. Más bien sentía, y siento casi todo el tiempo, una actitud muy prepotente por parte de Alex, eso me pone muy a la defensiva, no me di cuenta, pero sí me doy cuenta de que me quiere ningunear y eso no me gusta. Creo que por eso reaccioné así.

*3.- Últimamente he notado que la gente no me escucha, sólo escuchan la mitad de la idea que quiero plantear y ahí interrumpen, lo que genera muchas confusiones. Con Alex y César no es la excepción. Siento que tergiversan mis palabras de una forma que no alcanzo a comprender, simplemente por no escuchar la idea completa. De hecho, me he atrapado callando a la gente cuando me interrumpe, o simplemente abandonando la idea de entablar cualquier clase de comunicación más allá de los "buenos días", ya que me doy cuenta que es inútil, de todos modos no me van a escuchar. También he notado que mis niveles de ansiedad se elevan cuando esto ocurre y me dan ganas de pararme e irme, dejando a la otra persona hablar sola. A.D. gritaba desesperada, aventaba cosas y agredía al primero que tenía la osadía de pasarme por enfrente; pero ahora ya se lo que me pasa, y me es más fácil controlarlo, sin embargo me sigue causando inestabilidad, por lo que generalmente tengo que hacer acopio de una inmensa cantidad de energía para poder mantenerme calmada.

*4.- Conducta típicamente borderline, todos encontramos una forma de agredirnos, la mía era aceptar que gente traumada me violentara para luego poder justificarlos y culparme.

*5.- Mentira. Sabía que no me había visto, pero pensé como niña, creí que sería divertido, hasta que recordé que no lo era, pero para entonces ya lo había hecho, me sentí muy mal, por eso no volví a tocar el tema.

*6.- Lo escribí así, cuando le di una leída para corregir me di cuenta de que me estoy permitiendo otra vez culparme de cosas que no me corresponden. No lo corregí, porque también es una conducta borderline.


Como ven este blog es para poner en evidencia las conductas borderline que detecto en mi día a día o en mi pasado. No puedo negar que escribir esta entrada me dolió mucho, pero es mejor eso a estarme haciendo nudos por dentro, sin poder explicarle a nadie cómo me sentí, la violencia que recibí y lo poco comprendida que me siento... iba a decir por mis amigos, pero es en general.

Espero que disfruten de mis desgloses emocionales tanto como yo disfruto escribiéndolos.



lunes, 9 de marzo de 2015

La patada.

Ese día me dolía la cabeza, 4 cajas de prozac y seguía viva, no me lo podía creer. La psicóloga me mandó de emergencia al psiquiatra para que me diera un diagnóstico... Otro, por que el primero no encajaba conmigo.
Aarón y yo estábamos sentados en las bancas de la sala de espera, yo trataba de convencerlo de que es un gran amigo, sin importar cuánto le dijeran lo contrario, que cuando uno necesita una patada un amigo debe dársela. Para su desgracia el resto de sus amigos creen que la amistad depende de la cantidad de tiempo que dos personas pasen juntas.

Sentí la patada y supe que no me pertenecía y que no era personal (diría que no era para mi, porque no era la intención, pero sí era para mi); aún recuerdo la sensación de la suela en mi oreja y cara. Cuando volteo hay un hombre flaco, alto, mirándome con cara de furia, los ojos encendidos y una posición retadora en su cuerpo. Aarón se paró en toda su elefantezca extensión, sacando ese pecho amplio, lleno de puro amor, que lo caracteriza, y lanzando un estrepitoso "¡Por eso, pendejo!". A mi no me dolía, pero no me quería mover por miedo a que volviera a agredirme y no lo pudieran detener, se veía fuerte y fuera de si.
Por el pasillo llegaron los enfermeros corriendo y taclearon al loquito, lo controlaron y le administraron un antipsicótico. Yo me levanté y los seguí. fui hacia el pasillo de atrás, pero al ver que no me daban atención me enfurecí, y como buena borderline, hice un berrinche, aunque no me sentía así.
La enfermera me atendió casi de inmediato al verme arrojar mi mochila al suelo y chillar. Entramos al consultorio, me bajo los pantalones y me recuesto en la camilla para que me pongan el keterolako que evitará que me duela mas tarde. apoyé mi barbilla sobre el dorso de mi mano. Para mi sorpresa mordía bien (hace años me caí de una yegua, me golpeé en la quijada y la tenía un poco chueca). Me causó gracia... mucha gracia, cuando necesitas una patada, la vida te da una patada. Me reí, naturalmente. Me reí mucho, lo cual, comprenderán, queridos lectores, en un hospital psiquiátrico puede ser peligroso, de modo que tuve que explicar a Aarón y a la enfermera, entre risa y risa, qué me hacía tanta gracia.
Cuando salimos del pasillo oscuro llamaron mi nombre, era mi turno. 
Un psiquiatra vio toda la escena de frente y por mera curiosidad quiso atenderme, cuestión que no tardó en confesar, añadiendo: "Los psicóticos pueden oler tus energías"
Me preguntó que qué me llevaba allí. "Me mandó la psicóloga por que me quise matar", le dije claramente y sin rodeos, a lo que Aarón reaccionó abriendo desmesuradamente los ojos. Las ganas de morir seguían ahí. Me preguntó algunas cosas y se sorprendió cuando le dije el promedio que llevaba en la escuela. 
Me habló de comportamientos que suelo tener, directo, me recordó un poco a mi. Tres minutos en su consultorio y él ya lo sabia. 
"Eres muy buena en el sexo, desordenada, desorientada, sensible. Tu tienes un trastorno que se llama borderline. Yo también lo tengo, se puede controlar con medicamentos." Me dice con una sonrisa coqueta. "Es como vivir todo el tiempo entre la neurosis y la cordura, pero cuando te estabilizas puede ser el paraíso."
Luego me recetó un medicamento y se despidió. 
Cuando llegué a casa leí sobre mi diagnóstico. Fue entonces que pasé de ser observadora del trastorno a actríz del mismo. 
En este blog les comparto todo lo que voy descubriendo y trabajando con mis reacciones, los efectos, lo que me funciona y lo que no.
Borderline S.A. Guía para los que viven a la sombra de un trastorno.